viernes, 24 de junio de 2011

El Exorcista

Nunca olvidaré el día que vi El Exorcista por primera vez. Fue de adolescente con la pandilla en casa de Arturo. Ya nos habían metido mucho miedo con el tema, y razones no faltaban, reconozco que me impresionó bastante. Pasamos un mal rato de gritos y alientos contenidos, pero los años pasan y ahora nos da la risa al recordarlo. Con el tiempo he ido apreciando cada vez más la película, tiene cantidad de detalles que si se estudian a fondo, la experiencia se vuelve más gratificante. Por no hablar de las ediciones extendidas con imágenes nunca vistas que, por supuesto, poseo.

Si no la habéis visto, o hace mucho tiempo de aquello, os invito a que la disfrutéis de nuevo. Pocas películas de terror psicológico se han hecho hasta la fecha que estén a su altura, y no será por intentos. Pero hoy prima más lo salvaje, la víscera y la deshumanización de los personajes, tanto de asesinos como de víctimas. No digo que esas películas no estén bien para pasar un rato, si sabes encajarlo como una extrapolación del sufrimiento ajeno y del sadismo sin límites, ya que invitan casi más a la risa que al miedo. Pero a mi me gustan más las otras, a pesar de provocarme mal estar. De todas formas, el cine nunca superará a la imaginación de cada uno, así que soñad, pequeños, y no olvidéis mirar debajo de la cama...

Aquí os dejo un vídeo que me ha mandado mi hermano. Es un chiste pero muy bien logrado, a mi me ha arrancado una sonrisa así que espero que lo disfrutéis.

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